Escenas de Canguine: el momento más lento

Solapas principales

 

Michel Se dice que cuando vas a morir los momentos más felices de tu vida pasan ante tus ojos.

Lo que no esperaba es que el momento de su muerte y el más terrible de su vida fuera tan lento.

Aquella mañana, como siempre, había acompañado a su padre para ayudarle a abrir la carnicería. La ciudad bullía como siempre de actividad. Mercaderes vendían sus productos y el loco de Godwill molestaba a los transeúntes deseándoles un buen día.

- Padre, creo que debemos reflexionar, no podemos tener una maldita guerra religiosa, mira como acabó Eisen...-   la voz de Michel sonó como una pequeña súplica, para terminar de discutir. Desde aquella mañana, desde el desayuno duraba la conversión en la que intentaba disuadir a su progenitor de presentarse a las elecciones de Canguine.

- Durante años, estas tierras han abrazado una fe falsa, ahora la iglesia Vaticana ha vuelto con fuerzas y nos ha traído incluso una Misionera, para poder abrir la iglesia… es una señal sin duda de los Profetas, por eso No dejaré que esos objecionistas se hagan con la alcaldía de nuestra querida ciudad.- respondió taciturno el patriarca de los Cutting.- ¡Te imaginas que ese loco de Vallon se hace con el poder! Con ese maldito títire que tenemos la desgracia de tener ahora… si viviera Sam Jensen, nuestro difunto y verdadero alcalde, espero que ese zoquete de Givens encuentre a su asesino pronto... de todas maneras Michel no sé a qué viene esto ahora, francamente, fuiste tú el que me convenciste y apoyaste para presentarme.

- Sí padre, pero he…comprendido que así no podemos seguir, creo que si hablamos con Vallon podemos intentar llegar a un acuerdo.

-Muchacho eres un ingenuo, sé reconocer un fanático cuando lo veo y sin duda…- Tony se detuvo al ver la puerta sin cerrar, al abrirla vio aquel fogonazo y los barriles...- Theus, ¡Michel Co…. El joven notó cómo la mano de su progenitor le empujaba para apartarle. Después se desató el infierno y el tiempo se volvió horriblemente lento.

Primero, notó cómo el oxígeno de sus pulmones salía de su boca. al tiempo que una terrible fuerza invisible le lanzaba lejos de la tienda, un gran estruendo inundó sus oídos para después convertirse sólo en un pitido.

La figura de su padre fue engullida por una bola de fuego, la metralla compuesta por clavos y pequeñas bolas de metal, atravesaron el cuerpo de Tony despedazándolo mientras aún permanecía ardiendo. Michel pensó que el dolor de quemarse vivo, mientras proyectiles  arrancaban trozos de tu cuerpo debía de ser inimaginable.

La onda expansiva reventó los cristales de toda la calle, y mientras Michel caía eternamente, puedo ver cómo un carruaje volcaba, el conductor caía en la pedregosa calzada como un muñeco partido, separado en varios sanguinolentos trozos. Los ocupantes, gritaban o eso le parecía a Michael porque no podía escucharlos, antes de que la metralla convirtiera en un colador astillado el pobre transporte, provocando que la madera del mismo se convirtiera en aún más mortales proyectiles, los caballos se retorcían con los ojos desorbitados, con las piernas rotas y el cuerpo ensangrentado, algunos parecían flotar en una desesperada e incomprendida danza. No eran los únicos, puestos de fruta, hortalizas, pescado o pieles, tenderos vecinos que Michel conocía desde pequeño, todos arrastrados, destrozados, flotando por la fuerza de la pólvora y el fuego.

Cayó al suelo mientras notaba cómo el hombro se salía de su articulación y el dolor le inundaba su maltrecho cuerpo...después oscuridad.

Abrió los ojos y vio a su madre que le zarandeaba, no podía escucharle, el pitido seguía perforándole la cabeza. Aunque poco a poco empezó a oír los gritos y los sollozos de los moribundos.

A su alrededor, la escena era de pesadilla, las cenizas se mezclaban con la sangre y cristal en un suelo abarrotado de cuerpos irreconocibles y desmembrados.

- Padre...-susurró, mientras se dejaba mecer por su madre y sus lágrimas limpiaban su cara.

Michel Cutting, vio y sintió la muerte, para su desgracia, lo que le volvió a la vida fue la venganza.