Espectro vengativo de una terrateniente castellana oriunda del puerto fluvial de La Pasiega que en las cercanías tenía unas tierras de labranza a las que acudía no tanto para ver la cosecha como para desatar sus sádicos instintos sobre sus pobres criados. Se dice que fueron estos mismos criados quienes, hartos de sus abusos, incendiaron su cortijo de "El Trinco", nombre que dio origen a su apodo "La Tríncala", con ella dentro, y que tiempo después su fantasma empezó a aparecerse por la región para vengarse de ellos.
Lo más inquietante es que desde hace un tiempo, alguien ha reclamado la identidad de esta señora, y administra sus bienes y mora en su mansión como si tal cosa. ¿No murió? ¿El fantasma ha regresado? ¿Es una impostora? No está nada claro, pero si la Inquisición no ha intervenido, ni la nobleza castellana, es porque los negocios de La Tríncala, si es que lo es, están generando jugosos beneficios para unos y otros.
